La política monetaria generalmente es administrada por el banco central, que planifica, anuncia e implementa medidas para ayudar a controlar la inflación, así como para mejorar las tasas de empleo. La política monetaria está estrechamente ligada a la política fiscal, sin embargo, se puede utilizar por sí sola.
Mientras que la política fiscal se refiere al control gubernamental sobre los impuestos y el gasto público por parte de las autoridades, la política monetaria se refiere más al gasto de los individuos influenciado (principalmente) por las tasas de interés.
¿Qué implica la política monetaria?
La política monetaria puede abarcar una variedad de elementos diferentes que se pueden ajustar para ejercer un resultado particular en la economía. Estos resultados pueden involucrar:
- Inflación
- Crecimiento económico
- Tasas de consumo
- Liquidez
La implementación de la política monetaria puede involucrar uno o múltiples elementos que pretenden incidir en lo anterior.
Tipos de política monetaria
Al igual que la política fiscal, la política monetaria se utiliza de dos formas distintas. Se utiliza para estimular el crecimiento en una economía (expansiva) o para contener la inflación (contractiva).
Política monetaria expansiva
Las autoridades reguladoras podrían iniciar políticas monetarias expansivas en un momento en que hay una desaceleración de la economía que resulta en un aumento de las tasas de desempleo. En una política expansiva, las tasas de interés generalmente se reducen, lo que hace que gastar dinero sea más atractivo y ahorrar dinero considerablemente menos.
La mejora del poder adquisitivo conduce a aumentos en el gasto de los consumidores. Un mayor gasto de los consumidores conduce a una mayor oferta monetaria, que tiene varios efectos, entre ellos:
- Mejores condiciones de préstamo
- Mejor financiación para que las empresas realicen inversiones
- Tasas reducidas de desempleo
En algunos casos extremos, las autoridades reguladoras podrían usar algo más que reducir las tasas de interés para fomentar el crecimiento económico. En tiempos de recesión severa, la oferta monetaria también podría incrementarse.
Sin embargo, el crecimiento económico no siempre se considera positivo si está vinculado a la inflación. Es entonces cuando se emplea un tipo diferente de política monetaria.
Política monetaria contractiva
Cuando la inflación se convierta en un problema, las autoridades reguladoras introducirán una política monetaria contractiva. La principal herramienta para controlar la inflación es aumentar las tasas de interés. Esto reduce la demanda de dinero, lo que resulta en efectos opuestos de la política expansiva, que incluyen:
- Peores condiciones para pedir dinero prestado
- Mejores condiciones para ahorrar (en lugar de gastar)
- Aumento del desempleo
Debido a que la inflación puede volverse dañina con el tiempo, a veces es necesario tomar medidas contractivas. Esto puede reducir la inflación y es necesario en épocas de tasas de inflación en aumento, ya que tienden a salirse de control rápidamente.
Otros tipos de política monetaria
Si bien la política monetaria expansiva y contractiva han sido los métodos probados y verdaderos para influir en la economía según sea necesario, recientemente, otro tipo de política monetaria ha ganado notoriedad: la flexibilización cuantitativa.
En qué se diferencia la flexibilización cuantitativa
La flexibilización cuantitativa se ha utilizado para aumentar la oferta monetaria, por lo que se ha considerado una política expansiva. Sin embargo, funciona de manera diferente a la política monetaria expansiva tradicional en que implica la compra de bonos del gobierno y la oferta monetaria se dirige a las instituciones financieras. Al hacerlo, estas instituciones cuentan con más capital para brindar mejores condiciones crediticias y mayor liquidez.
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